martes, 26 de febrero de 2013

Sexo, drogas y planos largos

 Vista nocturna del Kursaal | Fotografía de Bruno Gras
 
Recordando San Sebastián

El año pasado tuve la oportunidad de asistir por primera vez al Festival de San Sebastián. Bueno, en realidad era la primera vez que asistía a un festival de cine, a cualquiera de los muchos que se organizan anualmente, dentro o fuera de nuestras fronteras. Fueron diez días en Donostia en los que no sólo disfruté del festival sino de la ciudad en general; ya sé que es todo un cliché hablar de lo bonita que es y de lo rápido que se enamoran sus visitantes de ella, pero no por ello es menos cierto. Más que su belleza, que también, destacaría el trato de sus habitantes y el ambiente diario. Quizá piense esto debido a que mi estancia allí fue durante el festival de cine, o a la suerte de vivir con un clima atmosférico excelente, o a que el último día tuvo lugar un derbi futbolístico Real Sociedad-Athletic Club en pleno sábado, coincidiendo con la clausura del festival. El caso es que salí encantado con mi experiencia. Fueron diez días viviendo a través del cine, madrugando y trasnochando para ver películas.

Temáticas comunes

El sexo es tratado en múltiples ocasiones, bien sea el sexo en un contexto de rebeldía y juventud, sexo en la madurez o simplemente escenas de sexo cotidiano en las vidas de los personajes. Es rara la película donde no aparece sexo, insinuado o explícito, bien una escena con un diálogo sobre el tema o bien toda una película dedicada a ello. Desde los protagonistas de Savages y su peculiar trío amoroso hasta las ansias de perder la virginidad del genial John Hawkes en The sessions. Sin olvidar la historia de sexo (o la ausencia de apetito sexual) entre un matrimonio veterano en Hope Springs, o las obras sobre jóvenes en plena edad de iniciación sexual, como Klip o Joven y alocada.

The sessions (Ben Lewin, 2012)

El sexo está presente incluso en las obras más experimentales o “de autor” como Post tenebras lux o El muerto y ser feliz, sendos ejercicios de onanismo cinematográfico donde el director se esfuerza por complacerse a sí mismo por encima de todo, y donde no es posible resistirse a introducir la temática sexual. En una película donde es muy común la abstracción y los planos contemplativos, vemos a los protagonistas acudir a una oscura sauna de libertinaje sexual para tratar de solucionar sus problemas matrimoniales. O, en el caso de la película de Javier Rebollo, un José Sacristán de vueltas de todo y con aparente falta de motivaciones vitales se nos descubre como un golfo de espíritu juvenil que espeta a todas las féminas de su entorno: “¿Me enseñas las tetas?”.

Las drogas también resultan un recurso habitual. En algunas de esas historias sobre jóvenes a las que me refería antes, la droga suele estar ahí para hacer hincapié en la falta de expectativas de algunas generaciones. Pero vamos, que no sólo ahí. En esta edición del festival la droga fluye por la filmografía como los fans a las puertas de la alfombra roja a la espera de su adorada celebrity. Pero no vi ninguna película donde la droga fuese un punto tan importante en la vida de los personajes que te haga pensar en la obra como una película concienzuda, que te invite a posicionarte a favor o en contra. No llega a cobrar tanto protagonismo. Simplemente, siendo fieles a la realidad, la droga está presente en la vida de mucha gente. Desde los porritos que se fuman en la brasileña Cores (raro es el plano donde no sostienen una cerveza o un canuto) hasta la morfina que necesita José Sacristán para combatir el dolor que le producen sus múltiples tumores en El muerto y ser feliz. Otros ejemplos son la hermanastra yonki de Io e te, la coca que cultiva Luis Tosar en Operación E o los diferentes tipos de droga que los miembros del Grupo 7 tienen que erradicar de las calles de Sevilla con métodos poco ortodoxos.

Post tenebras lux (Carlos Reygadas, 2012)

Y finalmente: los planos largos. Sobre el resto de puntos comunes, mucho más que el sexo, las drogas, la calidad de la fotografía, o lo que sea, lo que une a muchas de las películas proyectadas en la 60ª edición del Festival de San Sebastián son los planos largos. Abundancia de ritmos lentos, escenas contemplativas, minimalismo, gente mirando al infinito. Trasfondos profundos, subtextos complejos, significados everywhere.

De nuevo, vuelvo a referenciar Post tenebras lux y El muerto y ser feliz. Sobre todo la primera, dirigida por Carlos Reygadas, combina los planos más bellos imaginables con las duraciones más largas posibles. Pero en este tipo de obras es normal que haya planos largos, o escenas de un ritmo excesivamente pausado. Hay una película -que además fue premiada- que, si bien lo oculta muy bien bajo su sinopsis y tráiler oficiales, una vez contemplada resulta de lo más tardo y desanimado que recuerdo haber presenciado: la chilena Carne de perro, de brillante factura técnica y con Alejandro Goic en el papel protagonista, que lleva en sus espaldas todo el peso emotivo de la película con sobrada solvencia. La proyección, a la que asistí con ciertas expectativas, resultó todo un ejercicio de resistencia.

Pero no quiero que el concepto de “planos largos” tenga sólo un sentido negativo, de aburrimiento, como creo que se puede desprender de mis palabras. Es cierto que muchas obras me parecieron lentas en exceso, pero no sólo por eso una película deja de gustarme. El artista y la modelo, la nueva película de Fernando Trueba, es un ejercicio de los que a mí me gustan: exprimir todas las posibilidades de una historia sencilla. Sencilla, de ritmo lento, francesa, en blanco y negro y que además versa sobre un artista, con todas las reflexiones cursis y engoladas que se pueden derivar de ello. Pero la película es auténtica, tiene personalidad y se nota que el director es consecuente con lo que debe ser “una historia sencilla”: que acaba siendo más compleja de lo que se le supone a otras obras más pretendidamente opacas. Una película de ritmo lento que no aburre.

Hay un sinfín de películas que metería en el saco de los planos largos: casi todas. Algunos ejemplos más notables pueden ser: Los inceríbles, Io e te, Animals, Silent city, Cores, All apologies

Sin embargo, incluso para un tipo como yo que disfruta el cine de acción sobre todas las cosas, a veces es preferible el regodeo en un plano que no da más de sí a un montaje ecléctico sobre una historia con mucho ritmo que termina tomando el pelo al espectador, como es Savages.

Acerca de esta edición

He preferido no escribir una a una sobre todas las películas que vi, porque fueron muchas y porque he olvidado muchos detalles. También están las películas que quise ver pero no vi; o esas películas que, vistas ahora, no volvería a ver jamás…

Pero no se puede negar que en 2012 se proyectaron buenas películas en San Sebastián. Ahora que ya se han entregado los principales premios cinematográficos del año, que Blancanieves ha arrasado en los Goya y que Argo se ha llevado el más importante de los Oscars, mucha gente señala al festival como un precursor de todo eso por su buen ojo, elogiando que muchas de las películas seleccionadas han cosechado éxitos posteriores. Creo que es cierto, y aunque no había estado antes, puede que la pasada edición fuese de las mejores del festival en años.

 Judex (Georges Franju, 1963)

No quiero olvidarme de esas películas que no eran presentadas como primicia, o de las que no competían por los premios, ni de todas esas que no eran de 2012. A través de las diferentes secciones el festival presentó una oferta muy amplia, de diversa procedencia, género, época o presupuesto. Tuve ocasión de ver películas antiguas, algunas que ya conocía, otras de las que jamás había oído hablar: Very bad things, tan divertida y malsana como la recordaba, todo un placer en pantalla grande y en versión original; descubrir al gran Georges Franju gracias a la retrospectiva que incluía toda su filmografía (tan solo vi dos de sus obras pero ya tengo pendiente el resto); el documental Ésta no es la vida privada de Javier Krahe, con la presencia en la sala de los directores y el protagonista, que se reafirmó en eso de que “a mí nunca me ha gustado trabajar. Pero desde antes de ser cantante, ¿eh?”. Un genio.

Y luego estaban las películas de relleno que, por supuesto, también había. Pero ofreciendo cosas interesantes, aunque para ver una buena hubiese que maniobrar entre un montón de morralla. Lo que yo llamaría “películas de festival”: obras que tendrían un alcance comercial muy reducido de no estar en el catálogo de algún festival de cine, lo que tampoco les garantiza demasiado porque la mayor parte del público va a por “las gordas”, pero puede que algún curioso se tope con una rareza de su gusto y salga entusiasmado. Hay gente para todo.

lunes, 29 de agosto de 2011

De cómo perdimos a los grandes.


Los aficionados del Atlético de Madrid tenemos una tendencia enorme a culpar a quien sea cuando las cosas van mal en el club. Esta tendencia a veces es inevitable, pero otras veces me hace sentir un poco de vergüenza. Cargar las tintas contra la directiva es lo más habitual en los últimos años, pero no sólo cuando hacen fichajes de dudoso criterio futbolístico, sino también cuando se gastan 40 kilos en un señor delantero. Que si eso es despilfarrar el dinero, que por la misma cantidad te traes a Borja Valero, a Osvaldo y a nosecuantos más... por supuesto no se puede generalizar en estas cosas del fútbol, no todos piensan lo mismo y piensen lo que piensen, siempre jode más cuando los errores te los señala otro (el típico seguidor del Madrid u otro club grande que te dice Vaya unos patéticos, como despilfarráis el dinero. El mismo dinero que costaron Benzema o Villa, y casi la mitad de lo que costó gente como Kaká o Fernando Torres). Pero bueno, ese no era el tema.

Quejarme me quejo yo y todos. No me sé las grandes hazañas de Gil Marín, se dice que cometió fraudes dignos de su padre. Tampoco conozco los trapos sucios de Cerezo, y desconozco los detalles sobre cómo Caminero fue acusado por tráfico de cocaína. Pero en realidad, todo eso me la suda. Al fin y al cabo mi dinero no está en juego y por mucho que pidan su cabeza, lo dejarán cuando toque (como cualquier pez gordo corrupto), no cuando se lo pidan. Es posible que ese día el club quede en manos de un pobre hombre que vea las arcas vacías (como Gordillo en el Betis) o que estemos ante la desaparición. Bueno, qué sé yo. De todas formas como la economía del fútbol siga así al final va a explotar la burbuja, pero para todos.

Lo que quería decir y a lo que me ha costado tanto llegar es que hoy es un día triste para la gente del Atleti, y para cualquier futbolero con dos dedos de frente que aprecie a los buenos jugadores. Diego Forlán abandona el club por la puerta trasera, como el que no quiere la cosa, barrido para fuera. Éste sí me parece un buen motivo para señalar a la directiva. Se lo querían quitar de encima, de otra forma no se explica que el Inter se lo lleve prácticamente gratis. Veo como el Barcelona regatea durante meses por los fichajes, y en esta casa no hace falta, simplemente el club de turno llega y ¡zasca! te lo llevas de gratis. En plan Maxi o Simao. Forlán tenía actualmente un cartel de mercado digno de los mejores, a sus 32 añacos. Balón de oro del pasado Mundial (donde su selección, la uruguaya, quedó cuarta); pichichi de la Europa League 2010; campeón de la Copa América 2011 y otras distinciones individuales del pasado como goleador. Que no se le pida al comprador el máximo dinero posible es tan absurdo como que el Sevilla mañana rescinda el contrato de Kanouté para que llegue el Liverpool y se lo lleve, porque sí. Encima, en nuestro caso, el Inter venía con dinero fresco para gastar, vamos, que la escusa de No tengo pasta del Barça no les funcionaba. Y sin embargo cuando el Atleti ha ido a negociar por un jugador les han dicho que aquí no se rebaja ni un clavel, conocedores de que las arcas estaban llenas con las ventas de Agüero y De Gea. Lo normal, vamos.

Lo de Forlán me parece mucho más triste que lo del Kun o lo del portero del Manchester. El tipo siempre había tenido quedarse en el Atlético como la primera opción, desde los tiempos inmemoriales en que la directiva quiso deshacerse de él. D
ejarlo aquí, como delantero con experiencia para que se retire en el club o en su defecto, pedir una cantidad razonable por su venta, es lo que cualquiera creería más lógico. Lo de Agüero y De Gea sólo fue dinero, págame y te lo llevas. Y es comprensible. El chaval veía la posibilidad de triunfar en el United los próximos 20 años, un club de primer nivel mundial, probablemente yo hubiese hecho lo mismo por muy colchonero que sea (y también fui portero, y del 90...). Y del caso Agüero qué puedo decir, yo lo recordaré siempre como lo que es, un delantero genial e insustituible, que nos dio alegrías haciendo goles fabricados por él mismo cuando el equipo estaba infumable, que su calidad de desborde ahora está sólo por debajo de la de Messi y Cristiano (y si no, al tiempo), y nos dio ilusión cuando nadie se explicaba qué hacía un tipo como él en un Atlético donde el resto del equipo no acompañaba. Es innegable que las formas que mostró para marcharse no gustaron a nadie. O le asesoraron mal, o le engañaron, o el chico no mide bien sus pasos, pero no por ello voy a quemar su camiseta (que me costó un dinero) ni le voy a llamar Judas cada vez que me refiera a él (sólo unas pocas, cuando esté jugando al Pro).
El caso de Agüero se repite todos los años en diversos equipos, y no todos son tan victimistas como la marea colchonera, más picada que otra cosa. Osvaldo ha hecho lo mismo recientemente en el Espanyol, al igual que Fàbregas con el Arsenal, Rossi a principios de verano con el Villareal (a la que huelen el culo del Barça, la mayoría se tira en plancha) y así sucesivamente. Aunque el Kun lo hiciera con un desprecio más aparente que el resto de los mencionados, estoy seguro de que se hubiese marchado igual aunque hubiese llorado y besado el escudo al término de la temporada pasada. Me quedo con el fútbol que nos brindó y poco más. Lo que se suele decir en este caso, y estoy de acuerdo con ello, es que el club está por encima de cualquier jugador y siempre levantará cabeza, tarde o temprano. El equipo de este año, pese a todo, me parece más compensado en todas las posiciones que los últimos años con dos puntas de primer nivel y el resto lleno de agujeros.

La despedida del uruguayo, aunque no tan emotiva ni es el mismo caso, me ha recordado a la de Maxi Rodríguez, que no pudo contener las lágrimas, y se declara seguidor del Atlético, yendo a ver los partidos cuando tiene tiempo libre, como un hincha más. Era bastante descarado el discurso esta mañana de Cerezo, enumerando los logros del uruguayo, diciéndole que se lo agradecen todo y tal, y sólo le ha faltado terminar con un ...y, por eso, vete a tomar por culo. La hipocresía en esto del fútbol, lo de poner buena cara, es cada vez más común. Pero nosotros no sabemos nada de lo que se cuece en los despachos ni en los vestuarios, como debe ser. Si no, no mitificaríamos tanto a estos lumbreras, ni los periodistas escucharían los discursos redundantes, cínicos y empalagosos de algunos entrenadores como si estuviesen recitando el secreto de la vida.

Dicho sea de paso, siempre he pensado que los aficionados del Atleti, del Valencia o del Sevilla nos quejamos por cosas que se escapan de nuestra lógica, por la venta de jugadores a equipos más grandes, tiránicos, al igual que nosotros fichamos a esos jugadores la mayoría de los casos (exceptuando la cantera) de otros equipos con muchos más motivos para estar cabreados que nosotros. Los Sporting, Racing o Zaragoza no tienen estrellas ni proyectos europeos que ilusionen, pero si algún año lo consiguen es por sus cojones, ni por dinero ni por mierdas. No los oigo quejarse y eso me consuela un montón. Cuando el Betis le gana al Barcelona o el Alcorcón humilla al Madrid me ilusiona casi tanto como ganar la Europa League o el trofeo quindenial de turno. Que un equipo humilde bien planteado tácticamente se coma a un grande es lo más hermoso (e inusual) que se puede ver hoy en día en el fútbol, sobretodo en el español.

Atrás quedan los tiempos del SuperDepor de Javier Irureta, del Atlético del doblete, del Valencia de las dos ligas y las dos finales de Champions, o de esa Real Sociedad de la temporada 2003/2004 que, contra todo pronóstico se convirtió en la revelación de la liga, que no dejó de pelear por el primer puesto hasta la última jornada.

El Deportivo de la Coruña celebrando el centenariazo en la temporada 2001/2002

P.D.: En otro orden de cosas, llevaba más de dos años sin escribir nada en el blog y sé que es raro que vuelva con un artículo sobre fútbol. Nunca pretendí que esto fuera monotemático, de todas formas no sé si alguien seguirá pasándose por aquí. El regreso no supone algo constante (lo mismo me vuelvo a tirar otros dos años…) pero por lo menos sirvió de algo no cerrar el sitio cuando tenía la certeza de que no iba a volver ni por asomo. El aburrimiento es lo que tiene. Un saludo a todos.

domingo, 15 de febrero de 2009

Ha muerto Gonzalo Goicoechea.

(Gonzalo Goicoechea en un fotograma de El Pico 2)

Ha muerto Gonzalo Goicoechea Luquin en Madrid, el pasado fin de semana, días 7-8 de febrero a la edad de 56 años. Fue guionista de nueve películas de Eloy de la Iglesia, algunas de ellas las más exitosas y de las mejores de la filmografía del director vasco. También trabajó como periodista para Televisión Española y escribió artículos para algunas revistas, principalmente para Triunfo durante los 70, además de escribir guiones para otros directores, aunque no salió satisfecho de ninguno de los proyectos en los que se embarcó que no eran dirigidos por Eloy de la Iglesia. Fue accionista de la productora "Ópalo Films" para las tres películas de Eloy que ésta produjo ("Colegas", "El Pico" y "El Pico 2") y más tarde productor ejecutivo de "Otra Vuelta de Tuerca". Su último trabajo para el cine fue "La Estanquera de Vallecas", guión que se encargó de adaptar él solo casi en su totalidad. Después de esa época hizo alguna incursión en la televisión o tuvo tentaciones de volver a escribir para cine pero, las que no se truncaron por gente ajena que iba a sabotearle, las dejó pasar él por su adicción a la heroína o por las secuelas de ésta.

Nació en Oteiza, Navarra, en 1952. Muere en Madrid en 2009, olvidado por la industria del cine español y por casi cualquier industria. Aunque quizá exageraba cuando pensaba que todo el mundo iba a por él, como un paranoico, bien es cierto que inexplicablemente hay claros ejemplos de ello y de la veta de trabajo en cine y televisión a gente que ha estado enganchada al caballo. En cualquier caso ya veis el eco de su muerte que ha habido en cualquier medio de comunicación. Ni en internet.

Pensaba escribir sus memorias, lo perseguía desde hacía bastante tiempo, pero "Llevaba lo menos veinte dos primeros folios". Nos quedaremos sin leer todo lo que tenía que contar y que se ha reservado para sí. Yo tuve la suerte de conocerle y tener una breve amistad con él, y lo cierto es que si no cuenta él la historia no importa que ya no sea contada. El placer era oírsela contar a él, con la mezcla de resentimiento inevitable, de suma tristeza y melancolía y sobretodo con la satisfacción de contar una buena historia, que es lo que más le gustaba a él. Estoy seguro de que iba a tener una segunda oportunidad en un futuro no muy lejano, pero si la muerte se lo ha llevado primero quién somos nosotros para replicar nada.

En fin, pensaba escribirle algo más bonito pero no me sale nada. Si me veo inspirado escribiré a modo de capítulos algunas de las historias que me contó para que tomara nota a la hora de ayudarle en lo de las memorias (que se iban a titular "Heráclito observa el río"). Aunque sólo era un proyecto, si no conseguía lo de las memorias sí que pensaba continuar escribiendo capítulos sueltos en el foro "
Todavía por determinar" donde por un tiempo fue asiduo hasta que se le rompió el ordenador y, para cuando tuvo uno nuevo, cada vez se entendía menos con él.

Y, finalmente, aclarar que él nunca dejó de escribir. Cierto que cada vez lo hacía menos, pero tuvo su época de escribir cuentos, o empezar proyectos que no acababa. Cosas que muy poca gente leía o que no enseñaba a nadie. Lo último para cine que hizo fue un borrador sobre una historia muy mundana, del estilo de "Colegas", sin centrarse en drogas ni en homosexualidad ni en política, sólo una de esas historias humanas que le gustaba imaginarse. Me la dejó y cuando fui a devolvérsela ya había muerto. Cuando trabaje en el cine, como es mi sueño, podré terminar ese proyecto que a él se le antojaba bonito y sencillo. Ambos pensábamos que sería una buena leccción de guión, para mí, trabajar junto a él en perfeccionar la historia, limpiar impurezas y añadir otras nuevas.

Filmografía como co-guionista:

Los Placeres Ocultos (Eloy de la Iglesia, 1977).
El Diputado (Eloy de la Iglesia, 1978).
Navajeros (Eloy de la Iglesia, 1980).
La Mujer del Ministro (Eloy de la Iglesia, 1981).
Colegas (Eloy de la Iglesia, 1982).
El Pico (Eloy de la Iglesia, 1983).
El Pico 2 (Eloy de la Iglesia, 1984).
Akelarre (Pedro Olea, 1984).
Crimen en Familia (Santiago San Miguel, 1985).
Caso Cerrado (Juan Caño Arecha, 1985).
Otra Vuelta de Tuerca (Eloy de la Iglesia, 1986).
La Estanquera de Vallecas (Eloy de la Iglesia, 1987).

Sus artículos en Triunfo se pueden leer
aquí. Y de su actividad en "Todavía por determinar" ya he puesto antes el enlace. También escribió algo en el foro de Cine Quinqui de Bloodyplanet, pero fue baneado rápidamente (aquí y aquí).

Desde aquí, espero que la muerte de Gonzalo llegue a oídos de Amparo Muñoz, una de las personas de las que más hablaba con cariño y tristeza, de las que más echaba de menos entre los que, como él, habían sobrevivido.

Descanse en paz.

sábado, 6 de septiembre de 2008

L.A. Confidential: Poli bueno, poli malo.

Sinceramente, no sé como podía yo ir por la vida considerándome una persona semi-feliz y y aficionado al género negro sin haber visto ésta película. Creo que arrastrar ese pecado hasta los 18 es bastante serio. Curiosamente el otro día me puse a ver Heat de Michael Mann en V.O.S.E. para darme cuenta otra vez de cual es el policíaco de acción mejor construido que existe, una especie de referente indudable para todo aquel que le guste el cine de policías y ladrones con guiones perfectos de cine negro y actores de primera dejándose la piel. No sabía yo que Heat tenía una compañera de cama tan a su nivel, también rodada en los 90 y también policíaca, pero muy diferente.

Los Ángeles Confidencial me ha parecido todo lo que a mí me gustaría hacer algún día en el mundo del arte en cualquiera de sus campos. Éstas son mis películas y, desgraciadamente, no se encuentran muchos casos que te llenen como ésta. James Ellroy, el escritor del libro en que se basa la película y otros títulos míticos de la novela negra (me da la impresión de que cuando me lea uno de sus libros voy a descubrir el cielo) crea una historia coral, enrevesada, compleja y llena de sucesos, ironías, maldad y policías corruptos. En las historias de este hombre que he visto en la pantalla (como la película Dark Blue de Ron Shelton que está tremenda) hay siempre un drama moral muy difícil que cuestiona a una serie de personajes, todos ellos en torno a la corrupción policial. Todo se trata con seriedad, personajes reales y contundentes, escenas impactantes y diálogos fluidos e ingeniosos. Pero al final todo se reduce al poli bueno o poli malo, al tener un arma en la mano y tomar la decisión correcta, siempre historias del mismo corte pero todas encuadradas en un universo de personajes, distritos y ciudades muy diferentes. Yo nunca me canso de éstas cosas.

En L.A. Confidential se fusiona la mente creativa de un hombre como Ellroy, la puesta en escena de Curtis Hanson y un reparto de actores en estado de gracia compartiendo todos cartel y protagonismo. Del director yo sólo había visto 8 Millas (que me gustó bastante, una revisión del clásico de Rocky pero poniendo rap en lugar de boxeo). Aquí Hanson se luce con una dirección frenética e impactante, hay muchos momentos donde contener el aliento y eso que acción tampoco hay demasiada. Es como el Scorsese de Uno de los Nuestros (lo digo por lo de seguir un sistema de narración similar durante toda la película, donde van saliendo mafiosos y se van presentando personajes mientras el reloj corre y tú no te enteras) pero sin los tics propios de Marty y un estilo personal prácticamante sin ninguna escena gratuita o innecesaria. Es impresionante la ambientación de ésta película, y todos esos actores: Guy Paerce, Russell Crowe, Kevin Spacey, James Cronwell, Kim Basinger, Danny DeVitto y muchos más, incluido un pequeño papel para Simon Baker, el carismático protagonista de La Tierra de los Muertos Vivientes. Actores dando la talla sobre personajes profundos y bien escritos (en lo de escritos también hay que mencionar, además de a James Ellroy, a Brian Helgeland y al propio Curtis Hanson por adaptar la novela a un guión cinematográfico tan cojonudo). Hasta tiene momentos de acción muy bien dirigidos, y con algunos momentos de tensión (casi suspense) dentro de esas escenas que yo diría que son el sello personal del director.

Resumiendo, me parece una obra maestra a primera vista, seguro que la volveré a ver muchas veces y la impresión de la película que tengo ahora mismo en mi mente se irá consolidando como una de las películas definitivas del género policíaco.

NOTA: 10/10.