Empieza con River Phoenix haciendo de un adolescente Henry Jr. que ya sabía reconocer una pieza de arqueología sólo con verla y empezaba su particular "cruzada" para devolver tesoros a los museos y quitárselas a los saqueadores. Como dice el rapero ToteKing en una canción: "¿Quién no quiso ser arqueólogo viendo Indiana Jones?", y además yo añado que cuando vi ésta película pensaba que los Boy Scout hacían cosas interesantes de verdad, jajaja. En éste prólogo, vemos como Indy empuña un látigo por primera vez y de donde viene su inseparable sombrero, míticos momentos que a día de hoy siguen haciéndome sonreír. Un puntazo que ese actor hiciese del joven Indiana y el parecido que tiene con Sean Patrick Flanery, quien interpretaría a un veinteañero Jones en la serie "Las Aventuras del Joven Indiana Jones".
En ésta película quiero destacar también la banda sonora de John Williams, en todas las entregas éste dios de la música se ha portado como la calidad de la película requería, pero aquí tiene una serie de temas dramáticos compuestos para la ocasión que me parecen imprescindibles para la calidad de las escenas. Quizá eso me guste más aquí que en las otras, cómo una de esas melodías suenan mientras Harrison Ford quita unas cuantas telarañas para leer alguna inscripción en una pared mientras se alumbra con una antorcha y pone cara de fascinación.
El guión me parece una maravilla, una vez más, y no sólo por el argumento sino por cómo está todo tan bien contado: diálogos, relación de los personajes, humor... y los nazis y las traiciones parecen ser ya un sello de la casa, ya que supongo que en "El Reino de la Calavera de Cristal" volverá a haber de todo eso.
Grandes escenas de acción tampoco faltan (la persecución de lanchas, la ya histórica y digna de estudiar pelea en el tanque...), ni tampoco una chica-Jones como dios manda (chica-Jones por partida doble, porque padre e hijo disfrutaron de sus encantos al menos una vez XD), ni un cara a cara con Hitler. En fin, la película retorna a la aventura cristiana y ambiciosa que había en la primera, y el Santo Grial es el objetivo más preciado por el hombre que Indiana Jones haya encontrado (y perdido)... realmente lo desarrollan todo en una atmósfera legendaria donde los decorados y localizaciones vuelven a ser un trabajo perfecto: las cavernas subterráneas donde Indy tiene que encontrar la tumba del templario y todo lo que hay dentro del templo donde está el Grial me fascinan, probablemente todo eso sea lo que más me absorbe de Indiana Jones y que no tienen el resto de películas similares.
Una gran nueva entrega de la saga que no baja ni un ápice el nivel de las anteriores, con un final acojonantemente bueno... las tres pruebas que Dios pone a aquel que quiera beber del Giral, y cómo termina el cáliz después de tanta búsqueda obsesiva por parte de la humanidad... no termina mucho mejor que el Arca de la Alianza (aquello de las cajas de madera también era una idea sobrecogedora de cojones).
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